CRÓNICA FESTIVAL DE TEATRO

Bogotá


Jhonattan Hernando Díaz

2010-04-03

FESTIVAL DE TEATRO

Era un miércoles ya en la horas de la tarde y me dirigía con prisa a al centro comercial GRAN ESTACION con gran expectativa de que lo vería, había gran flujo de personas en la av. 68 esta, personas en la mayoría eran estudiantes y ese se notaba a leguas, bueno no esperaba más, sino ver a un grupo de estudiantes o combo, parche asistiendo hacia la obra.

De la cual no sabía ni el nombre por lo cual la expectativa, al irme acercando a la plazoleta que me gusta mucho porque en uno de sus extremos tiene un gran tablero de ajedrez acompañado de unas cuantas fuentes que lanzan choros de agua de un lado al otro “QUE BONITO”, bueno al llegar al centro de la plazoleta me sentí desubicado por qué no sabía donde había que ubicarse pensé que había que sentarse todos en orden como si fuera un teatro.

Pero no era así, llegue a pensar que ya había terminado la obra y que había perdido el tiempo ummm, Luego vi que todas las personas corrieron hacia unas carpas blancas ubicadas en frente de unas de las entradas del centro comercial y de repente salen cuatro personajes bastante extraños vestían como si fueran de grecia con túnicas blancas y con un palo que parecía la rama de un árbol, estos precian ángeles con su cuerpo todo cubierto de pintura blanca al igual que los palos, en ese momento comenzó la obra que trato de los espíritus.

Como si no hubiera nadie a su alrededor comenzaron ha moverse entre el público que estaba muy cerca de ellos tomando fotos a cada uno, llegaron hasta cierto punto donde pararon y comenzaron a hacer posiciones con sus cuerpos teniendo en referencia el palo interactuaban uno con el otro y hacia hasta que volvían a caminar entre el público esta vez posando cada uno en diferentes sitios de la plazoleta pero siempre llevando el mismo rumbo.

Hubo un momento en cual fue inevitable la risa puesto que un señor hizo un comentario bastante curioso “había una señora al lado de uno de los actores con una chaqueta blanca y el señor dijo miren otro espíritu pero este le hace falta el palo y la pintura” al ver la señora las personas que escucharon el comentario nos reímos un buen rato puesto que la señora tomaba un pose siempre diferente al lado de los actores.

Uno de los actores era una señorita que tenía unos ojos muy lindos y fue uno de los que se robo el show porque parecía una bailarina de ballet, de esas que en algunas casas colombianas no sobran, de esas que la mamá colecciona en la sala si de esas de porcelana.

Otro de los personajes que se robo el show fue uno que tenía un corte de cabello bastante llamativo parecía como el gorrito que tienen los obispos lo extraño de esta es que dé ahí salía una trenza que le llegaba casi hasta la cintura.

En varias ocasiones se reunían de nuevo los actores y de nuevo hacían posiciones entre ellos hubo un momento en el que parece que mostraran algo en el cielo puesto que su mirada es de asombro de ahí caminan en uno de los muros le la plazoleta y parece que fueran por un camino muy largo recogiendo a recolectando algo.

Ya terminando la obra me di de cuenta que el factor más importante de esta fue las miradas que cada uno de los actores hacia puesto que si los mirabas fijamente llegabas a sentir soledad sin importar que estuvieras rodeado de cientos de personas.

Luego caminaron uno tras otro dirigiéndose hacia la carpa de donde salieron y lo que era más esperado fue un explosión de aplausos que duro un buen rato hasta que de nuevo salieron los actores pero esta vez sin el palo se hicieron en frente de los asistentes y hicieron la venia luego al retirarse la señorita hizo una señal lo cual medio a entender que nos regalaba su corazón, otro con su señal medio a entender que nosotros somos el centro de la tierra y el cielo.

Al volver a entrar en la carpa estallo otro gran aplauso que se extendió por un minuto o más acompañado de chiflidos y voces de alegría y agradecimiento del público que partía feliz de la plazoleta.

Nunca pensé en sentir esta sensación de admiración por lo que estos actores hicieron salí con una sonrisa de oreja a oreja y lo bueno es que no era único eso me alegra, bueno ya era hora de regresar a casa algo cansado en espera de un trasporte vacio para irme sentado.

Al llegar casa trate de compartir mi experiencia con unos amigos pero fue imposible y eso muy importante para la obra que no hayan palabras como contar lo sucedido, siento que este festival debe ser aprovechado al máximo puesto que hace parte del cambio que puede generar este país, nunca pensé que en Bogotá pudieran suceder cosas tan maravillosas y gratis.